Consejos para mejorar la calidad del aire en casa

El hogar es un ambiente destinado a la tranquilidad y comodidad, un espacio más diseñado para la protección de quienes conviven bajo su techo, un espacio en el que toda familia, pareja o particular desarrolla gran parte de sus actividades diarias.

En el hogar, conviene generar un entorno saludable que permita disfrutar de una calidad de vida más armónica. Desde entonces, uno de los elementos que debe recibir especial atención en una casa es el aire que circula por todos sus rincones. Pues nunca dejará de ser un componente esencial para la salud y confort de los habitantes.

Por suerte, los proyectos habitacionales más modernos cuentan con una optimización en el flujo de aire a través de todo el hogar. Además, muchas de estas opciones se pueden distinguir y conseguir a buenos precios en algunas promociones inmobiliarias. Si por el contrario, como responsable de un hogar, estás en la búsqueda de alternativas para mejorar la calidad del aire en casa, sigue leyendo. Ya que, a continuación podrás tomar nota de una serie de indicaciones para otorgarle a tu vivienda mejores condiciones para el descanso y bienestar de todos los hospedados.

¿Cómo medir la calidad del aire?

Antes de llevar a cabo cualquier tarea en relación a la circulación del aire en el hogar, es recomendable conocer qué variables son las que se tienen en cuenta para su medición. Además de conocer también qué rango de valores deben permanecer para brindar condiciones de salud y confort adecuadas para los habitantes. Para ello, se utilizan principalmente sensores domésticos que pueden medir distintos elementos que interactúan en un factor conocido como calidad del aire interior (IAQ por sus siglas en inglés). Siendo la humedad relativa, la temperatura y el dióxido de carbono las principales unidades que se tienen en consideración.

En este sentido, los niveles idóneos de cada uno de los elementos citados para el interior, de acuerdo a las normativas nacionales y convenciones internacionales, son los siguientes:

  • Humedad relativa: para el verano los niveles deben estar en el rango del 45% y 60%, mientras que para el invierno deben ubicarse entre un 40% y un 55%.
  • Temperatura: durante el verano la temperatura interior deberá oscilar entre los 23° y 25°, en tanto que en el invierno deberá estar por el orden de los 21° y 23°.
  • Dióxido de carbono (CO₂): los niveles habituales de este agente en el interior de una vivienda oscilan entre las 300 - 500 ppm (partes por millón). Siendo las 1000 ppm el valor máximo adecuado para un hogar y las 1500 ppm el límite para una oficina.

Identificar los valores que alteran la calidad del aire de tu interior te permitirá tomar acciones más efectivas para mejorar los niveles de estos factores y así contribuir a generar condiciones más saludables y confortables para ti y los tuyos.

¿Cómo mejorar la calidad del aire en casa?

En muchas ocasiones, las consecuencias de descuidar la calidad del aire en el hogar no suelen notarse fácilmente hasta que se encuentran en estados extremos. Se cree que solo las labores de limpieza bastan para ambientar una estancia. Pero lo cierto es que sus efectos en la calidad del aire tienen poco alcance en tiempo y espacio, e incluso algunos productos pueden llegar a ser contraproducentes.

En este sentido, podrás aplicar varias acciones que ayudarán a evitar afecciones como alergias y problemas respiratorios. Además de proteger tu vivienda de daños a la estructura, ropa, muebles o electrodomésticos.

Algunos consejos a seguir son los siguientes:

  • Ventilar cada rincón: una acción que por excelencia ayuda a mejorar la calidad del aire interior es ventilar todos los espacios del hogar. Recibir consejos sobre cómo ventilar un hogar, nunca está de más para mejorar tu calidad de vida. Especialmente para aquellos espacios que son más cerrados o pequeños, abrir puertas y ventanas durante unos 20 a 30 minutos al día permitirá la circulación de aire fresco del exterior hacia el interior de la vivienda.
  • Despejar espacios: al liberar habitaciones de artículos que están siendo inutilizados se favorece una menor acumulación de polvo y ácaros. En caso de querer conservarlos, es importante llevar a cabo labores de limpieza regularmente. En relación a objetos de material sintético como alfombras, cortinas o peluches, con el paso del tiempo también van desprendiendo agentes químicos que pueden ser nocivos para la salud.
  • Controlar la humedad: la principal causa de daños estéticos a paredes y techos, aparición de distintas enfermedades y acumulación de malos olores en el interior son consecuencia directa de la humedad. Esta se puede atacar mejorando los sistemas de ventilación o instalando deshumidificadores.
  • Utilizar productos naturales: optar por alternativas naturales en la limpieza en vez de opciones industriales, ya que minimizarán el impacto que recibe el aire interior al estar expuesto a distintas combinaciones de químicos. Además, puedes incorporar purificadores de aire o ambientadores ecológicos, que en cuestión de minutos mejorarán el oxígeno que respiras.
  • Evitar el humo del cigarrillo: mantener tu espacio interior como una zona libre de humo evitará la concentración de químicos que desprende el tabaco en el aire. Que además de afectar enormemente su calidad, también libera olores que quedan impregnados en muebles, ropa y estructuras.
  • Incorporar plantas de interior: la actividad fotosintética de las plantas permitirá capturar dióxido de carbono para convertirlo en oxígeno, lo que mejorará de forma automática el aire que circula en el interior. Algunas opciones como el potus, la cintas, la palma bambú, la peperomia, el lirio de paz o las orquídeas, entre otras, son de las más populares.